jueves, 28 de febrero de 2013

Capítulo 22- Reacciones Similares

Harry cerró la puerta del piso con un golpe de tobillo, mientras seguía a Zayn de camino al ascensor.
 -Ufff...- suspiró el chico, pulsando el botón, que se puso de color verde fosforescente.
 -Ya... Ha sido una tarde difícil.
 -Y tanto. No me esperaba... esto, cuando nos llamó Liam.
 -¿Y quién se lo hubiese imaginado?.- Entraron al ascensor de un rato, mirándose a las puntas de los pies. Comenzaron a bajar; ninguno de los dos sabía que decir.
 -Recuerda mandarme el vídeo de nuevo, Zayn.
 -No lo dudes.
 De nuevo, silencio incómodo.
 -¿Puedo considerar...- empezó a preguntar Zayn, sin atreverse a mirar al chico.- que ya me has perdonado?
 El chico se revolvió, cambiando el peso de una pierna a otra, mirando hacia un espejo.
 -No.- contestó, cortante.- Que hable contigo no significa que haya olvidado lo que hiciste.
 Zayn asintió.
 -Espero que no te sientas ofendido. No te lo tomes como algo personal.
 -No lo hago.
 -Bien.
 El ascensor llegó hasta el vestíbulo del edificio, y Zayn y Harry salieron y abrieron la puerta, dejando entrar el helado viento londinense.
 -Bueno... hasta otra.- dijo Harry, girándose, de camino al coche.
 -¿Cuándo piensas volver? A verle, y eso...- le preguntó Zayn, sin alejarse de la puerta del edificio.
 -Mañana. Pienso venir todas las veces que pueda.
 -Pues... Ya nos veremos.
 Zayn se despidió con la mano, y observó como Harry se metía en su coche y se marchaba.
 Lo normal sería que él hiciese lo mismo, pero encerrarse de nuevo entre esas cuatro paredes, completamente solo, no le atraía lo más mínimo.


 -Pues nada...- murmuró Louis, dejándose caer en el sofá, mientras Liam le observaba con los brazos cruzados.- No ha sido tan terrible como esperaba.
 Notaba que el chico estaba preocupado, pero no tenía ganas de descubrir exactamente por qué.
 -Supongo que Eleanor estará a punto de llegar, así que lo mejor será que me vaya marchando ya...
 -Mándale saludos a Danielle, hace mucho que no la veo.
 -Tenía que ir al estudio a ensayar, pero dijo que se pasaría en cuanto pudiese.
 -Que no se preocupe.
 Liam sonrió, cogiendo su abrigo y acercándose al chico.
 -Mañana por la tarde me pasaré por aqui. Para todo lo que necesites...
 -Lo sé, Liam.
 Los dos chicos se miraron. Los ojos de Liam se veían brillantes.
 -Bueno...-susurró este, apartándose y frotándose la cara.- Pues eso. Hasta mañana, Louis.
 -Hasta mañana.
 Liam sonrió y cerró la puerta del piso.
 Louis suspiró, mientras Niall aparecía por el corredor.
 -Dios mío, que tardecita más emotiva.
 -Esto no ha sido nada.- contestó Louis, revolviéndose en el sofá.- Aún queda Eleanor.
 -¿No se lo has contado?
 -¡¿Cómo se lo voy a contar por Skype?! Le dije que tenía los resultados del médico y que necesitaba que viniese. No me preguntó más.
 -Debe de estar cardíaca ahora mismo.
 -La verdad.- Louis se levantó y se dirigió hacia el baño.- Tengo miedo de su reacción.
 -¿Y eso?
 Niall se apoyó en el marco de la puerta, observando a Louis, mientras él se miraba al espejo.
 -Ponte en su lugar. Llevamos ya un tiempo juntos, pero aún así... Aunque salga de esta, puede ponerse feo. Puede que llegue un momento en el que no pueda valerme por mí mismo. ¿Tú querrías estar al lado de un enfermo en una situación así?
 -No seas exagerado.- Niall sacudió la cabeza.- Eso no va a pasar. Ella se quedará contigo. Y puede que haya un momento en el que te encuentres peor, pero quizás las cosas no lleguen a ese nivel.
 Louis miró a su amigo por el espejo, negando con la cabeza.
 -No lo sé.- dijo, girándose. Intentaba evitar su imagen.- No sé qué pensar.
 -Pues no pienses.
 En ese momento, la puerta se abrió.


 -¡Hola, Harry!- escuchó el chico al abrir la puerta. Sophia bajó las escaleras a trotes, con una sonrisa de oreja a oreja.- ¡Te he echado de menos!
 A pesar de las circunstancias, y a pesar de todo lo que había pasado esa tarde, Harry no pudo evitar esbozar una sonrisa.  Abrió los brazos, y la chica saltó encima de él, enrollando las piernas alrededor de su cintura.
 El chico hundió la cabeza en el cuello de la chica.
 -¿Harry...?- murmuró ella, cuando notó un tacto frío.- ¿Qué pasa? ¡Harry! ¿¡Por qué lloras?!
 El chico no fue capaz de ocultar las lágrimas, y se escurrió al suelo, sintiendo que sus piernas ya no podían sostenerle.
 -¡Harry!-exclamo Sophia, arrodillándose al lado suya y rodeándolo con los brazos. -Shhh... Tranquilo.


 El aire de Londres azotaba a Zayn en la cara, congelándole. El chico no podía parar de tiritar, pero no tenía otra manera de llegar hasta casa; el metro habría sido una opción más que aceptable, de no ser por el hecho de que, la última vez que se había subido, casi muere arrollado por la marea de quinceañeras hormonadas.
 Escondió las manos en los bolsillos de su chaqueta, e intentó respirar hondo y pensar en otra cosa.
 Y no pudo evitar recordar la figura de cabellos oscuros y sonrisa fácil que le había echado esa mañana.
 "Estaba borracha"
 No. No podía ser.
 "Borracha"
 -Eso es mentira.- murmuró, asustando a una pareja de turistas japoneses que fotografiaban la niebla.
 Entonces, ¿por qué esa reacción?
 Las lágrimas no salían de sus ojos, a pesar de que ganas de llorar no le faltaban.
 Y, por un nanosegundo, agradeció el frío que le congelaba el cerebro.

 Liam lanzó la bolsa a la mesa del recibidor, gruñendo por lo bajo. Estaba muy cansado, la tarde había sido demasiado larga.
 -¡Liam!- exclamó Danielle desde el salón. Por una de las puertas de cristal, el chico la observó, tumbada en el sillón con una manta por encima.
 -Hola, Dan.- la saludó él, entrando en el salón.
 -¿Qué tal Louis?.- dijo ella, sentándose mientras le lanzaba un beso.
 -Bueno... Mejor que nosotros, la verdad. Se le ve... Resignado.
 -Me pasaré mañana por su casa... ¿Y Eleanor?
 -Llegaba ahora.
 -Madre mía...
 -Subo un momento. Ahora vuelvo.
 No sabía por qué, pero no se sentía con fuerzas para seguir explicándole cómo de desastrosa había sido la tarde.
 Subió las escaleras cabizbajo, tambaleándose, y se lanzó a la cama, suspirando.
 -¿Qué coño nos pasa...?


 -¿Qué...?
 -Tranquilízate, Eleanor. Por favor. Todavía no sé cómo de grave es, ¿vale? Estoy esperando los resultados de las pruebas.
 -No puedo creerlo, no puedo...
 -¡Escúchame, por favor! ¡No te pongas nerviosa! Podemos con esto, siento que de verdad puedo, pero te necesito a ti. Sin ti sí que no puedo, ¿de acuerdo? Así que quiero que respires hondo, que cuentes hasta diez y te calmes.
 Era imposible. Por muchas cosas que intentase decirle para que se calmase, la chica no podía parar de temblar. Las lágrimas corrían por su cara, estropeándole el maquillaje.
 -Dime que no es cierto, dime que no es verdad...
 Louis se frotó la cara, suspirando.
 Esto iba a ser más difícil de lo que había imaginado.


 Este capítulo va dedicado, en general, a todas las que me leéis, muchísimas gracias, no tenéis ni idea de lo que significa para mí.
 Y, en especial, a @atravesdelcielo, mi peque de Granada, eres amor, yo lo sé, tú lo sabes, Harold lo sabe.
 ZENKS, MADAFAKAS
                                             Daphne.



1 comentario :

  1. Tu novela es jodidamente impresionante, ¿sabes?
    Casi lloro con la escena en la que Harry se cae al suelo llorando.
    Hay cosas que me tocan la fibra, y pensar en alguien que me importa muriéndose es una de ellas.
    Ya te lo he dicho antes, pero tu novela se ha convertido en una de mis favoritas.
    Louis.
    LOUIS.
    LLORO, TIENE UN TUMOR EN EL PULMÓN.
    Y QUE SUBAS YA, QUE QUIERO LLORAR CON ELEANOR.
    PD: Ya se que soy amor, aunque tu eres muy, muy adorable. ME HAS MENCIONADO EN TU NOVELA. Mi chica de A Coruña, eres la mejor asdfghjk.

    Serena.

    ResponderEliminar