lunes, 18 de febrero de 2013

Capítulo 19- Inesperadas Revelaciones, Esquizofrénicas Conversaciones.

Louis salió del ascensor,intentando huir de la sensación de agobio que le perseguía desde que había salido de la consulta del médico. Recorrió los pocos metros que le separaban de la salida y abrió la puerta de un empujón. La claridad del día le dio de lleno en los ojos, haciendo que los achinase hasta que se acostumbró a la luz. Caminó lentamente hasta una esquina del edificio, sorteando a la gente, y se sentó, apoyando la cabeza contra la pared, con los ojos cerrados.
 No tardó mucho en sentir a alguien a su lado. Sonrió.
 -Mira que eres cabezota.
 -Sabes que no me voy a ir aunque quieras.- dijo el chico rubio, sentándose al lado de Louis mientras le miraba fijamente. Él volvió a cerrar los ojos, haciendo una mueca.
 -No quiero que te vayas.
 -Tampoco quieres que me quede.
 -Eso no es cierto.
 Louis abrió un ojo, preocupado. Esperaba que aquel no fuese un lugar muy transitado.
 -Sí que es cierto. Sé lo que piensas, te conozco bastante bien. Pero aún así, no consigo entenderte del todo. ¿Por qué?
 -¿Por qué qué?
 -¿Por qué me miras a veces como si fuese un perro con las patas rotas y abandonado en la calle? Ya estoy muerto, peor no me puede ir. ¿Te molesto?
 -Ya sabes que no me molestas.-dijo Louis, revolviéndose en el suelo.- Pero... Bah, es una tontería.
 -Probablemente, pero es una tontería que quiero saber.
 Él suspiró, abriendo los ojos. Niall era exactamente igual a como lo recordaba; sonrisa fácil, pelo de color indefinido, pálido. Cada mínimo detalle estaba allí. Era escalofriante.
 -Bueno, es solo que a veces, al ver a los demás, veo que ya lo han superado. Harry, Liam... Incluso Zayn está en ello. Pero yo, al verte cada día... Sigo anclado en lo mismo. El dolor no se va.
 Niall bajó la cabeza.
 -Pero me moriría si un día no volvieses.- continuó el chico.- Prefiero tenerte aquí y no superarlo del todo, que que te vayas y tener que hacerlo.- dicho esto, volvió a recostarse en la pared.- Y, por favor, no cuestiones mi virilidad después de este emotivo discurso.
 -Me alegra que conserves el sentido del humor.
 -Después del susto del otro día, me cuesta bastante.
  El chico enrojeció.
 -Lo siento.
 -Dabas mucho miedo.

 Una semana antes.

 -Ya cojo yo, Liam.- dijo Louis, agarrando el teléfono de su mesilla de noche, sin quitarle el ojo de encima a Niall, que se había sentado en la cama. 
 -No te preocupes.- dijo el chico rubio, adivinando sus pensamientos.-Puedo escuchar la conversación igual.
 Louis asintió, Liam estaba en la cocina, así que tenía que ser cuidadoso y no hablar con Niall para nada.
 -¿Diga?
 -Hola, Louis, soy Richard.
 El rubio sonrió malévolamente desde su cómoda posición, estirado en la cama cuan largo era.
 -Se acabó la tregua.
 -Hola, Richard.- contestó Louis, haciendo muecas.
 -Te he llamado unas cincuenta veces, pero no me has contestado,
 -Lo siento, he estado muy ocupado...- murmuró Louis, intentando no reír. Niall seguía observándole con una ceja arqueada.
 -No importa. Pero vamos con retraso, Louis. ¿Cómo estáis todos?
  El rubio sacudió el brazo para captar la atención del chico.
 -Dile que yo bien. Mejor que nunca. Y que le mando saludos.
 -Bien, vamos tirando.- contestó Louis, haciéndole un gesto a su acompañante para que se callase.
 -Me alegro. Mira, me hubiese gustado poder haber concertado una cita con vosotros y hablar sobre esto en persona, pero no podemos perder más tiempo. A la vista de la reciente... pérdida del grupo.- Louis observó como su acompañante se tensaba, incorporándose y mirándole con el ceño fruncido.- debemos decidir qué camino queréis tomar. Si queréis seguir vosotros cuatro... O buscar un sustituto para Niall.
 -¡¿Qué coño está diciendo?!- exclamó Niall, levantándose de la cama.
 -¿A qué te refieres con un sustituto?- preguntó Louis, intentando ignorar al rubio.
 -Bien, si quereis conseguir un quinto miembro para la banda. Eso aportaría novedad, y, si lo elegimos bien, quizás más fans... 
 -¿¡Pero qué dice?!¡No!¡NO! ¡NO PODÉIS SUSTITUIRME! ¡NO LE PREGUNTES! ¡NO PODÉIS HACERME ESTO! ¡CUÉLGALE! ¡CUÉLGALE!-gritaba Niall, aporreando la cama, intentando llamar la atención de Louis. 
 -¿Un sustituto de Niall?- dijo este.- ¿Te has vuelto loco? Ni de broma pensamos sustituirlo.
 El chico se sentó en la cama, mirándole, aliviado.
 -Casi te retuerzo el cuello.
 -Bueno, entonces seguiréis los cuatro.- continuó su mánager, ajeno a los griteríos de la habitación.- Bien, pues habrá que ir pensando en grabar el nuevo disco...
 -¿Un nuevo disco? ¿Ahora?- preguntaron a la vez Louis y Niall.
 -Si ni siquiera ha pasado un mes...- murmuró este último.
 -Creo que no me estás entendiendo. No estamos preparados para volver al trabajo.- contestó Louis, mirando al rubio con gesto preocupado.
 -No, creo que tú no me has entendido a mí.No sois Michael Jackson, vuestra fama no durará eternamente. O seguís el ritmo que llevabais hasta ahora, o vuestras fans os olvidarán. Y entonces despedíos de la vida que llevabais hasta ahora.
 -Cuélgale, ese tío se merece dos ostias.- murmuraba Niall alrededor de Louis.
 Pero este no le escuchaba. 
 Sintió un pinchazo en el pecho.
 El dolor vino después.
 -Lo siento, Richard.- murmuró.- Esta conversación se ha terminado.
 Se dejó caer en la cama, resoplando.
 Tenía miedo de que lo que había dicho su mánager fuese verdad, de que su sueño muriese con Niall.
 Pero el dolor no le dejaba pensar; no le dejaba respirar.
 -Louis, respira.- le dijo Niall, acercándose hasta él.-¡Louis!
 Intentó contestarle, pero no pudo.
 -¿Louis? ¿Quién era?- preguntó Liam, acercándose desde la cocina.

 -Bueno, no puedo negarlo.- dijo el chico rubio, riendo.- Pero no me gustaba la idea de que me sustituyeseis.
 -Eso quedó más que claro.
 -Ponte en mi lugar. A tí tampoco te hubiese gustado.
 Louis observó a Niall, que jugaba con las piedritas del suelo.
 -Dios mío, eres tan real, a veces me olvido de que sólo estás en mi mente.
 El chico no subió la cabeza, pero Louis se dio cuenta de que intentaba ahogar una mueca.
 -¿Qué voy a hacer, Niall?
 Este le miró, interrogante.
 -¿A qué te refieres?
 -Mm, pues no sé, quizás a que me estoy muriendo.
 Su acompañante se encogió de hombros.
 -No lo sé, Louis, no soy adivino.
 Este suspiró, sacudiendo la cabeza.
 -No quiero decírselo a nadie. No quiero volver a casa. Ojalá me muriese ahora mismo.
 El rubio se envaró, mirando a su amigo con furia.
 -Ni se te ocurra decir eso. Nunca más, ¿me oyes? No te vas a morir.
 -Tú mismo has dicho que no puedes ver el futuro.
 -Y no puedo, pero ahora la gente se cura, y tu eres joven y no te vas a rendir. La medicina hace milagros, hay tratamientos que...
 -Ni se te ocurra. No me voy a dar quimioterapia, Niall, aunque tu quieras.
 -¡Claro que lo vas a hacer! ¡Tienes 22 años, no 80!
 -Ya, pero eso no tiene que ver. Te deja destrozado, y...
  -Depende del caso. Hay gente que lo lleva mejor que otra. ¡No puedes darte por vencido antes de empezar! Además, todavía no sabes si la vas a necesitar. No seas pesimista. Quizás con una operación ya esté todo solucionado.
 -O quizás no.
 -Pues tendrás que entrar ahí y hacerte las pruebas para saber lo que te espera. Quedándote aquí hablando solo no vas a solucionar nada.
 Louis rió.
 -No me vas a dejar en paz hasta que lo haga, ¿no?
 -Cierto es.
 -No puedes obligarme, sólo eres una alucinación.
 -No sabes el poder de persuasión con el que contamos las alucinaciones. Venga. Levántate.
 El chico sacudió la cabeza y obedeció.
 Cuando se giró de nuevo, Niall había desaparecido.

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