miércoles, 27 de febrero de 2013

Capítulo 21- Ante Todo, Keep Calm

-¿Y Eleanor, lo sabe?- preguntó Harry, observándose las manos, que le temblaban. No sabía como esperaba Louis que reaccionara.
 -Si, hablé con ella por Skype ayer por la noche.- contestó él, observándole.- Está de camino, llegará a las seis.
 Harry asintió, sin saber qué más decir. Sintió como Zayn se revolvía, nervioso, a su lado.
 -Pero, ¿no te han dicho nada más?
 -Bueno, me han hecho un millón de pruebas, estoy esperando por los resultados. Me llamarán en cuanto los tengan.
 -Ah.
 Un nuevo silencio, esta vez más largo e incómodo, se apoderó de la habitación. Ninguno de los recién llegados sabía hacia donde mirar, ni qué decir. No sabían si debían llorar, o si debían de expresar pena, o intentar consolar a Louis, o si debían cambiar de tema, o si simplemente deberían marcharse.
 Louis miró a Liam con una ceja arqueada. Dos horas antes habían tenido una discusión bastante fuerte, en la misma habitación en la que en ese momento estaban todos reunidos. Louis se había opuesto a llamarles y decírselo así, a la cara, pues la situación se pondría demasiado incómoda, pero Liam había insistido.
 "-¡Tenemos que decírselo en persona! Por teléfono reaccionarían peor." Había alegado el chico. Y Louis aceptó; últimamente no se veía con fuerzas para discutir sobre nada.
 -A ver.- dijo el chico, rompiendo el silencio.- Como ya le dije a Liam antes de llamaros, esta situación era evidente que iba a producirse. Vamos, apuesto un brazo; no, mejor, apuesto un pulmón a que ahora mismo no sabéis qué decir y os estáis poniendo nerviosos. A Zayn le están sudando las manos, cosa que le pasa cada vez que hay un silencio incómodo. Y Harry está dando golpecitos en el suelo con el pie, que es lo que hace cuando duda entre marcharse o quedarse sentado. En serio, veo innecesario que estemos así. Creo que tenemos la suficiente confianza como para que podáis reaccionar como queráis, no como penséis que debéis. O mejor, ¿qué tal si cambiamos de tema? Eleanor está a punto de venir, y no he hecho la colada, ¿quién me ayuda?
 Los tres chicos se miraron, interrogantes. Ninguno de los tres sabía si hablaba en serio.
  Segundos después, Harry se levantó.
 -Yo te pongo la lavadora, que tú no tienes ni idea.
 -¿Y tú que sabes?- contestó el chico, metiéndose en el pasillo de camino a la terraza, mientras Harry lo seguía.
 -10 de Noviembre de 2012. Te pedí que me pusieses a lavar las sábanas porque yo llegaba tarde. Ahora duermo con ropa de cama rosa bebé.
 -Fue un pequeño fallo de cálculo.
 -Mi polo rosa. Lo tuve que tirar.
 -Pues eso, un pequeño error de estrategia.
 -Costaba más que tú si vendieses tu cuerpo.
 Louis abrió la puerta de la terraza, mirándole mientras negaba con la cabeza.
 -Lo dudo. Mi prominente trasero está muy cotizado.
 Harry soltó una carcajada mientras traía la ropa sucia de la cesta de mimbre.
 -¿Toda esta?
 -Así es.


 -Lo siento, Liam, pero no sabía qué decir... Quizás ha sido muy incómodo, pero tampoco quería bromear, no era el mejor momento...
 -Tranquilo, yo tampoco sabía cómo iba a reaccionar Louis. Está muy raro últimamente, aunque, dadas las circunstancias, lo extraño sería que no lo estuviese...- le tranquilizó su amigo, rascándose la cabeza rapada.- Dios, no sé qué es lo que nos pasa. Todo nos sale mal. No levantamos cabeza...
 -Si te soy sincero, esto es lo último que me esperaba.
 -Yo tampoco me olía algo así. Cuando nos llamaron pensé que era algún problema relacionado con el ataque de pánico, no sé... Algún tratamiento que habían encontrado... La verdad, no quería pensar demasiado en eso, porque se notaba que él sí que se esperaba una mala noticia. Pero así...
 -Que coño, estamos gafados.
 -Sí, yo también lo creo. Igual es por tener todos los sueños cumplidos en tan poco tiempo. Hace tres años no eramos nadie, ya nos tocaba una época así. Pero se alarga mucho.
 -¿Y si...?- Zayn cortó la frase y sacudió la cabeza.
 -¿Y sí qué?
 -Nada, no importa.
 Liam le miró con el ceño fruncido, pero sentía que tampoco debía insistir. Si no quería decirlo, tendría una buena razón.
 Mientras tanto, el chico suspiró, intentando quitar el pensamiento que antes casi se le escapa. Pero no podía; le resultaba imposible dejar de darle vueltas.
 ¿Y si Louis también se iba?


 -Toma, te has olvidado esta sábana.- dijo Louis, pasándosela a su amigo, que la metió en la lavadora.
 -¿Dónde guardas el suavizante?
 -Tercer cajón de la derecha.
 Harry se agachó y cogió el botecito. Dudó un momento en levantarse, suspiró y puso los ojos en blanco, y se irguió de un salto.
 -Venga, cuéntamelo.- le dijo a Louis, sin levantar la vista del suavizante.
 -¿El qué?
 -Todo.
 Louis miró hacia la esquina de la terraza. Niall asintió con la cabeza, y entró en el piso, desapareciendo de su vista sin hacer ni un solo ruido.
 -No sé a que te refieres.
 -Pues a tu reacción cuando te dieron la noticia. Todos los pensamientos que se te han pasado por la cabeza desde entonces. Con todo me refiero a todo.
 -No creo que eso sea una buena idea.
 -Necesitas desahogarte y yo necesito saber qué tal estás. Los dos salimos ganando, ¿no crees?
 Louis se encogió de hombros y se apoyó en la pared, mientras Harry ponía la lavadora en marcha.
 -Pues cuando me lo dijeron, no me lo creía. Vamos, no es que pensase que era una broma ni nada por el estilo. Pero... no sé, no me di cuenta de lo que de verdad significaba hasta esa noche. Yo... No me veía venir exactamente eso, pero sentía que algo no iba bien. Primero pensé que estaba superando lo de Niall, pero ya sabía que sólo eran excusas que me daba a mi mismo. No sé explicarlo, pero es como si supiese desde el principio que me esperaba algo malo. Y...- se frotó las manos, sin mirar a Harry a los ojos.- Bueno, sí, se me ha pasado por la cabeza cómo puede acabar esto. ¿A quién no se le ocurriría? Es una posibilidad que no salga de esta.
 -No digas eso.
 -No lo digo si no quieres, Harry. Si te molesta me callo. Pero es la verdad.
 -No. Me niego a creerlo. Escucha, sé que que tú ni eres creyente ni te interesa, pero yo sí.- Louis soltó un bufido.- No hemos hecho cosas tan malas como para merecernos dos tragedias a la vez. No. Puede que el Dios de ahí arriba no sea como lo pintan, ni tan bueno ni tan genial, pero si lo hay, por malvado que sea, tú no te vas a morir.
 -Tu discurso me ha conmovido, pero sabes que esto no depende de Dios.
 -Siempre puede ayudar.
 Harry sonrió, colocándose al lado del chico de un salto.
 -Hasta ahora, nunca me había dado cuenta de lo corta que es la vida.- comentó Louis, minutos después.- Sé que suena un poco ñoño, pero es cierto. Quiero decir, sí, mi sueño está cumplido, soy lo que desde pequeño quería ser, pero hay millones de cosas que no he hecho todavía. No he viajado. No he hecho puenting desnudo. No me he comido un perro.- los dos chicos rieron.- Y pensar que Niall ni siquiera tuvo la oportunidad de pensar esto... Por lo menos yo estoy avisado. A él le pilló por sorpresa.
 -Bueno, eso tiene sus pros y sus contras.- comentó Harry.- Por una parte, él no estaba preocupado pensando cuánto tiempo le quedaría. Por otro lado, tú vivirás cada día como si fuese el último.
 Louis asintió cabizbajo.
 -Ni se te ocurra traerme perro para cenar. Era una broma.
 -Ya me lo imaginaba.
 Los dos chicos se quedaron observando la ciudad un rato. No necesitaban decirse nada, todo había quedado más que claro.
 -Será mejor que entremos, ¿no crees?
 -Es recomendable.
 Los dos pasaron al piso de nuevo, más unidos que nunca, y a la vez, más distantes de lo que habían estado en tres años.

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