-Bien, hemos llegado.- Anunció Meg, aparcando al lado de la puerta de entrada.
Les había costado un rato arrancar desde el aeropuerto, pues Liam y Zayn se habían disputado el puesto de copiloto del ocho plazas que habían alquilado; los dos querían ver como se conducía, pues era al revés. Mientras tanto, Harry y Louis se habían acomodado en los asientos de atrás, rezando para que no tardasen mucho, pues estaban hartos de viajar, y solo querían llegar a su destino.
Al final, Liam había admitido su derrota al piedra papel tijera, sentándose al lado de Rachel con una mueca de disgusto.
Y justo media hora después, el grupo de chicos se había tirado a las puertas del coche cual caníbales en busca de alimento, deseando observar el que sería su hogar durante el próximo mes.
Meg abrió la puerta, apartándose para dejarles ver.
La casa estaba al borde de un acantilado, mirando hacia la extensa playa que había delante. Contaba con un enorme jardín donde había una hamaca colgada en dos árboles frutales, un porche con sillas y una mesilla de café, y un columpio para dos personas. Las flores decoraban cada esquina, llenándolo todo de colores y olores que contrastaban entre sí. La estampa parecía recién salida de un anuncio de vacaciones.
Desde fuera, el edificio se veía enorme, y por dentro la perspectiva no cambiaba. Tenía tres plantas, y era sorprendentemente ancha. Además, una de las habitaciones contaba con una terraza preciosa, donde había varios sillones y sillas, llenas de velas preparadas para encender cuando se hiciese de noche.
Ninguno de los recién llegados había sabido como reaccionar ante lo que sus ojos veían. Era impresionante.
Una chica, aproximadamente de su edad, salió de la casa sonriendo. Llevaba un vestido flojo y sandalias de madera, y tenía un sombrero puesto. Daba envidia sólo de verla.
Meg corrió hasta ella y las dos se fundieron en un abrazo.
-¡Cuanto tiempo, Cris!- saludó ella, mientras la otra chica reía.
-¡Lo mismo digo, cariño! ¿No vas a presentarme?
Meg asintió.
-Chicos, esta es Cris. Me imagino que a la mayoría de ellos ya los conoceras, pero esta es Rachel, la novia de Liam.
Ellos pudieron observar más detenidamente a su benefactora una vez se acercó hasta el grupo. Tenía el pelo rizo y de color chocolate, cubierto de manera parcial por el sombrero de paja que llevaba para protegerse del sol. Sus ojos eran redondos y verdes, con pestañas larguísimas; las pecas le cubrían toda la cara, y el tono de su piel era moreno natural.
-Un placer conoceros, espero que os guste Granada.- dijo Cris, acercándose a cada uno y saludándolo con dos besos.- Me alegra muchísimo teneros aquí, la casa es muy grande y yo sola en verano me aburro bastante. ¡Cuantos más mejor! Si me seguís, os enseño las habitaciones y elegís...- Dijo, entrando a la casa, seguida por todos los demás.
El reparto de dormitorios no tuvo ningún incidente demasiado importante. Liam y Rachel se quedaron con la habitación con la terraza, después de correr como locos para hacerse con ella; Meg y Zayn, con la de al lado, que contaba con baño propio y un bonito mural en la pared derecha que representaba el mar. Louis cogió la que estaba en la esquina del pasillo, que, aunque era la más pequeña, tenía unas vistas al acantilado impresionantes. Además, no coincidía al lado de ninguna de las habitaciones dobles... Por si acaso.
Harry, por su parte, se quedó con la del medio, justo al lado de la de Liam y Rachel, que tenía un armario medio secreto que había funcionado de montaplatos en su tiempo, y donde ahora había una barra de bomberos que llevaba hasta la cocina.
-Esto es genial. Es mi sueño.- fue su reacción al ver tamaño invento.
Louis sonrió, mientras se despedía de camino a su habitación.
Meg, mientras tanto, miró a Cris con agradecimiento.
-Muchísimas gracias por haberlo preparado todo...
-Para mí es genial teneros a todos aquí, querida.- Dijo la chica, mirando a Zayn con adoración.- Tanto tiempo como fan obsesionada, y ahora resulta que vamos a ser cuñados...
El chico rió, mientras Rachel subía con cuidado la maleta.
-Oh, hola, Cristina. Muchísimas gracias por dejarnos la habitación, es perfecta...
-¡Dejad de agradecérmelo! Para mí no es nada. Quedaos todo el tiempo que queráis.
-Oh, dios mío, eres mi nueva heroína.- Murmuró la chica, sonriendo de oreja a oreja.- Te queremos.
-Vaya, me siento halagada... Bueno, me imagino que estaréis cansados y eso, así que dejaremos el turismo para mañana, ¿no creeis?- Dijo Cris, saludando a Harry, que salió de su habitación sonriente.
-Esa barra de bomberos es lo mejor que he visto nunca. Es la leche. La deseo.
-Sí, mañana estaría bien ver la ciudad...
-Oh, visita turística. ¿Alguien sabe hablar español?
-Yo me he traído la guía del viajero.- dijo Liam, señalando a su bolsillo.- Por si las moscas.
-No os preocupéis, os guío yo... Ahora vamos a comer, me imagino que tendréis hambre.
-Esto es el paraíso. No quiero volver nunca más, nunca.- Dijo Harry, mientras cogía el bol de patatas fritas.
Cristina había colocado la mesa en el jardín, de manera que los chicos estaban comiendo mirando hacia la playa, que estaba llena de gente. La luz del sol se reflejaba en la superficie del mar y les daba de lleno; Zayn y Meg no habían podido resistir la tentación y estaban recostados en sus sillas, con los ojos cerrados y una sonrisa de satisfacción máxima en la cara.
-Bueno, eso es porque estamos a finales de mayo. Tú esperate a julio, y luego ya me cuentas.- contestó Cris.- Esto es un horno.
-¿Luego podemos bajar a la playa?-preguntó Rachel.- Hace milenios que no piso una.
-Bueno... Puedo llevaros, pero no a esta.- dijo la chica, negando con la cabeza.-Hay demasiada gente, os reconocerían. Pero conozco una perfecta, está medio escondida y nunca hay nadie.
-Oh, dios mío, playa, por favor...- murmuró Meg, abriendo un ojo.
-¿Cómo conseguisteis esta casa, por cierto?- preguntó Louis.- Porque es preciosa y enorme.
-Bueno, la casa era de mis padres, pero estos murieron y yo no la podía pagar.- contestó Cris.- Así que les pedí ayuda, y ellas me compraron cada una una parte de la casa; ahora es de las tres.
-Técnicamente, mi parte es el garaje, la despensa y todo el jardín.- dijo Meg.
-Hablando de jardín... Esta noche dan buen tiempo, podemos acampar fuera. Hasta podíamos ir a la playa a dormir, a esas horas si que no hay nadie, sería perfecto, ¿no creéis?
Harry miró a Cris con adoración.
-Que genial.
-Y mañana, si os apetece, os enseño las tienditas típicas, y los sitios más turísticos... Otro día lo reservamos para la Alhambra, es demasiado grande para verla en una tarde... Y otro día tenemos que hacer un picnic, y comer en la playa.... Jo, estoy muy ilusionada.- Cris bajó la cabeza, avergonzada.- Hacia mucho tiempo que no venía nadie a quien poderle enseñar la ciudad... Me encantan esas cosas.
-En un mes, vamos a tener tiempo hasta de aburrirnos.
-Con ella, lo dudo.- dijo Meg.- No la conocéis, saca planes hasta de las piedras. Ya veréis.
-Solo si os apetece, no os voy a obligar.
Los cuatro chicos se miraron, sonrientes.
-Cómo no nos va a apetecer.
-Pues decidido.- dijo Cris.- Meg, ¿me ayudas a llevar los platos?
Ella asintió, y las dos chicas se dirigieron a la cocina.
Cris cerró la puerta detrás de ella, cambiando su sonrisa por una expresión de disgusto.
-¿Estás segura de que lo que planeáis es buena idea?
-No, más bien lo contrario.- contestó Meg, enjuagando los platos y metiéndolos en el lavavajillas.- Yo no estoy de acuerdo. Pero es mi amiga, por vosotras dos haría lo que fuese. No pienso dejarla de lado, si ella necesita decírselo, la ayudaré, aunque la idea me parezca mala.
-Es una emboscada en toda regla. Él no se lo merece.
-Es ella de quien estamos hablando, Cris.
La chica resopló, negando con la cabeza.
Meg sonrió, sin levantar la vista.
-Te ha caído bien, ¿eh? Se ha notado.
-¿A qué te refieres?
-Te conozco, Cris. Más de lo que crees. Veo cuando te gusta un chico y cuando no. Y él te gusta.
-Acaban de llegar, eso es adelantarse a los acontecimientos.- contestó ella, sacándole la lengua.
-Pero como primera impresión...
Cris rió.
-Es espectacular, eso hay que admitirlo.
-¡Lo sabía!
-No he dicho nada, sólo... Es muy guapo.
-Lo que tú digas, Cris. Vamos.
Las dos chicas salieron entre carcajadas.
sábado, 4 de mayo de 2013
Capítulo 43- Donde La Autora Se Queda Sin Títulos
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donde la autora se queda sin titulos jajajaja me mato!!!! me encanta tu blog, tus palabras relatan muy bien la novela... es perfecta en todo sentido... espero poder seguir leyendo... besososos
ResponderEliminarOH DIOS MÍO, ASDFGHJKLÑ ESTUVO PERFECTO POR DIOS, ME RE EMOCIONÉ CON EL CAPÍTULO, pero... ¿qué harán Meg y Cris? Intriga, intriga, everywhere... Dios, necesito uno nuevo urgentemente, besos cielo :).
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