martes, 14 de mayo de 2013

Capítulo 46- Un despertar agridulce

Cristina se frotó la cara, gruñendo mientras intentaba despegar sus ojos para poder abrirlos; se sentía como si hubiese sido atropellada por un camión, y no recordaba nada.
 Observó su alrededor; a pesar de que la tienda era espaciosa y segura, parecía que en cualquier momento una de las paredes se le fuese a caer encima. Probablemente sería el vodka, o lo que quedaba de él en su organismo.
 Giró la cabeza hacia un lado, bufando ante la lluvia de recuerdos de la noche pasada. De pronto, se paró en seco.
 Louis dormía plácidamente a su lado, su cara mirando hacia ella, una sonrisa genuina en sus labios. La chica sonrió; sin embargo, su sonrisa se congeló al bajar la mirada.
 No llevaba camiseta.
 Giró la cabeza de nuevo, intentando apartar la mirada y con ella, los pensamientos. No duró mucho.
 Al otro lado dormía Harry, también mirando hacia ella, aunque su cara reflejaba más enfado que felicidad.
 Tampoco llevaba camiseta.
 -La virgen...- murmuró la chica, irguiéndose de pronto para descubrir, con alivio, que ella sí llevaba camiseta. Algo era algo, pero...
 No, no habían hecho nada. Por lo menos, no ella.
  ¿No?
 No, no había hecho nada. Aunque ganas no le faltaban.
 -Buenos días, bella durmiente.- escuchó una voz a su derecha. Ella sonrió a Louis, que le contestó con un bostezo mientras se estiraba.
 -¿Teníais calor por la noche?- susurró la chica, mirando hacia su pecho con una ceja arqueada.
 El chico negó con la cabeza, dirigiendo una mirada furtiva a Harry, que le observaba con los ojos entrecerrados detrás de la chica.
 La noche anterior.

 Louis se tambaleó, mientras una risita nerviosa escapaba de entre sus labios. Pasaba la medianoche; Meg, Zayn, Liam y Rachel habían decidido realizar un ritual satánico en la orilla del mar, y Cris y Harry estaban teniendo un momentito de intimidad en el campamento. Al Louis sobrio ese hecho le habría molestado, pero había sido reemplazado por el Louis borracho, que se sentó en el borde de un acantilado, lanzando piedrecitas al mar mientras recordaba viejos tiempos.
 Como había discurrido una vez junto a Zayn en una de sus interminables noches, había cinco tipos de borrachos. Al menos, los más genéricos y abundantes entre su círculo de amigos:
 Los primeros eran los borrachos felices; a los que todo les va bien y de todo se ríen y se alegran. ¿Que te has roto una pierna? Es genial, porque tendrás una excusa para no ir al gimnasio. ¿Que llueve? No te tendrás que duchar al llegar a casa. Zayn pertenecía a ese tipo de ebrios, sobre todo bajo el efecto de los mojitos.
  Los borrachos más abundantes eran los strippers, aunque pudiese parecer lo contrario. Aquellos que, ante cualquier situación, encontraban como perfecta solución despojarse de su ropa al son de una melodía sugerente; Liam solía actuar así pasadas las doce.
 Los siguientes eran los borrachos sobones, esos que decidían expresar su amor de forma clara y concisa, a base de abrazar, toquetear y mantener cerca a cualquier ser vivo que se le acercase. A Harry le gustaba dejar claro a sus amigos lo importantes que estos eran para él, a menudo bajo el efecto del whisky.
 Los borrachos más graciosos de presenciar eran los llorones; los que recordaban lo mierda que era su vida en cuanto se les dejaba oler algo de alcohol; los que se perdían por las esquinas de las discotecas llorando la muerte de su mascota de la infancia. 
 Estos eran incompatibles con el último tipo; los pegones. Estos pueden ser de lo más pacíficos durante su vida diaria, pero es entrar en una discoteca y volverse agresivos hasta con los objetos de decoración. Lo simpático de ellos es verlos en acción, pues no duraban ni medio segundo antes de agacharse a echar los higadillos.
 Louis se recostó en la hierba. No sabría catalogarse en un tipo exacto, pero el que más se acercaba a su estado era el del borracho llorón. Aunque no exactamente.
 Él se caracterizaba por filosofar sobre su vida cuando se había tomado unas cuantas copas de más. Y no todo lo que decía carecía de sentido; eso era lo más interesante.
 El chico miró hacia sus piernas, que colgaban en el vacío del acantilado.
 Y si se tirase ahora, ¿qué pasaría?
 Vamos, había muchas posibilidades de que su vida no durase mucho más. ¿Para qué alargarlo?
 Se desabrochó los botones de la camisa, mirando hacia la venda que cubría la herida en el pecho que había dejado el tubo de la quimioterapia en su piel. Pasó sus dedos por encima, esperando sentir algo, pero no fue así.
 Con la mano izquierda, agarró la parte baja de su nuca, y, mirando hacia los lados, se deshizo de la peluca, apartándola de su vista de un manotazo.
 Se daba verdadero asco a sí mismo, y no podía evitarlo. Tampoco sabía si eso era normal, si debía preocuparse, o si era él que era especial.
 Había intentado llevarlo lo mejor posible, sobre todo desde su charla con Maggie. Había sido genial tenerla allí, le había ayudado mucho y le estaba muy agradecido. Había aprendido a mirar las cosas más positivamente, pero sentía que eso no le llevaba a ningún lado.
 Miró a la peluca, que reposaba a su derecha. No le podía tener más odio del que le tenía actualmente; había intentado ocultárselo a los chicos, pero sospechaba que todos se habían dado cuenta. Evidentemente, a Harry había sido imposible no decirle nada.
 Recordó con una sonrisa como le había acompañado a la tienda, en busca de la más parecida a su anterior melena. No había parado de hacer chistes sobre comprar una rubia platino y otra pelirroja, para variar un poco; incluso se había probado una de rastas. Louis no podía ignorar que el chico había conseguido su propósito, y la tensión se había diluido rápidamente.
 Una sombra se acercó hasta él, sentándose a su lado y apoyando la cabeza en su hombro. El chico no tuvo que dudar mucho sobre quien era, sobre todo notando como los rizos cosquilleaban la piel de su hombro.
 -No te encontraba, pensé que te habías perdido.- dijo el recién llegado.
 -No, os dejaba intimidad a ti y a Cris. No me gusta el papel de sujetavelas.
 Harry levantó la cabeza y le miró confuso.
 -Noto cierto rencor en tus palabras. ¿Puedo preguntar a qué se debe?
 Louis entornó los ojos, soltando un resoplido.
 -Mensaje captado. A partir de ahora es intocable.
 -No tienes por qué. Disfruta, estás de vacaciones.
 Harry suspiró, acomodándose en el suelo.
 -Vamos. Si te gusta la chica, pues me alejo y ya está. Ni siquiera estábamos haciendo nada, solo hablábamos y...
 -Que me guste es irrelevante, es imposible que yo le guste a ella. No así.- dijo el chico, señalando a la peluca.- Así que por mí podéis hacer lo que queráis. 
 -No seas melodramático. No es nada, Lou... Casi no se nota.
 -¿Que casi no se nota? Vamos, debes de estar de broma. Si ni siquiera soy capaz de quitármela para dormir, Harry... - murmuró él, bajando la mirada.
 -Venga. A todos los que estamos hoy aquí nos da igual que la lleves o que no la lleves; Cris incluida  ¿O no te has fijado en como te mira? Pareces memo.- dijo Harry, mirándole sugerente.- Sé que es difícil, pero si tu mismo te lo tomas tan a la tremenda, lo vas a hacer mucho peor de lo que es. Tómatelo como algo normal, porque es como los demás lo vemos. Y no es para siempre. Me prometiste que saldrías de esta, y pienso hacer que lo cumplas. Así que, si no te importa, abróchate la camisa, ponte guapo y vente conmigo; vas a conquistar a Cris, la vas a dejar tan loquita por ti que no va a poder resistirse...
 Harry le cogió de la mano y tiró de él, haciéndole que se levantase y le siguiese, de camino a la playa.


 Los tres chicos salieron de la tienda, mirando con ojos achinados el entorno.
 Zayn dormía boca abajo en una de las toallas de playa, encogido sobre si mismo en una postura que no tenía pinta de ser muy cómoda. Liam, por su parte, se había apoyado en una roca y se había dormido sentado. Rachel y Meg se habían acostado en la tienda, dejando a los dos chavales fuera.
 -Menuda estampa de borrachos que protagonizan.- dijo Harry, negando con la cabeza.
 -Poses de lo más pintorescas, diría yo...
 -TODO EL MUNDO ARRIBA, REPITO, TODO EL MUNDO ARRIBA.- escucharon los chicos. Al girarse, descubrieron a Cris con un megáfono en la mano, paseándose por alrededor de los aún dormidos, que gruñeron.- VAMOS, ESCORIA DE LA SOCIEDAD, LEVANTAD EL CULO. EL CAMPAMENTO GITANO SE TRASLADA, REPITO, SE TRASLADA.
 -Esto se va a merecer una venganza, y yo no quiero formar parte de ella.
 -Lo mismo digo. Huyamos.- contestó Louis, escabulléndose junto a Harry hacia el coche.
 Vendetta.

1 comentario :

  1. Te amoooooooo con toda mi alma. No sabes como me alegra q pongas caps. Mi vida no es del todo rosa y servida en una bandeja. Al contrario. Esta mañana pasaron bastantez cosas q me arrevataron la sonrisa, pero tu me la devolvis, no se como lo haces.. me lo podrias deccir????
    Gracias por el blog fantastico y la nove NI HABLAR!!!! besosoososososo I LOVE YOU!!!

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