jueves, 18 de abril de 2013

Capítulo 38- Un Rayito de Sol

-¡Looooooooouiiiiiiiiis!-chilló Harry desde el sofá del salón.- ¡Veeeeeeeeeen!
 Sabía que habría sido más caballeroso por su parte acudir a su encuentro en el piso de arriba, pero levantarse del sofá no estaba entre sus planes. Esperaba que no le importase.
 El chico escuchó, después de unos minutos, como pesados pasos recorrían el pasillo y bajaban lentamente las escaleras del piso, arrastrando los pies, y vislumbró a un cansado Louis desperezándose y dejándose caer a su lado.
  -Qué quieres. Me has despertado.- susurró.
 -¿Qué tal te encuentras?
 El chico encogió los hombros, bostezando.
 -He estado mejor.
 -Venga, arriba esos ánimos, ¡hoy hace sol!- exclamó Harry, señalándole la ventana, donde se podía ver un cielo completamente azul.- ¡Ni una nube! ¡Ni una!
 Louis sonrió, frotándose los ojos.
 -Muy observador por tu parte.
 -¡Ni una sola nube!
 El chico enarcó una ceja, cogiendo un cojín y tirándolo a la cara de su amigo.
 -Presupongo por tus palabras que querrás ir a dar un paseo.
 Él le miró, poniendo cara de perrito degollado, aunque sabia que iban a ir de todas formas.
 -Porfi...
 -Está bien, avisaré a Liam y a Zayn.
 -¡Fiesssssssta!
 Harry saltó del sillón, moviendo los brazos por encima de la cabeza.
 -No te arregles mucho, no vamos a un pase de modelos.
 -Me has pillado, pensaba ponerme guapo para ti.
 El chico le miró seductoramente, mientras se dirigía a las escaleras dando saltos.
 Louis soltó una carcajada, levantándose a por el teléfono con movimientos pesados.
 Un pensamiento fugaz le recorrió la mente de camino hacia la cocina.
 ¿Y Niall?
 Hacía tres días que no le veía. Él no le había dicho nada, no le había avisado. Frunció el ceño mientras cogía el teléfono, lanzándolo al aire y agarrándolo, pensativo.
 No podía haberse ido sin decirle nada, ¿no?


 -Entonces, ¿qué hacemos? ¿Se lo decimos?-preguntó Zayn, mirando a Meg preocupado mientras caminaban de la mano hasta la plaza donde habían quedado con los demás, aunque llegaban media hora antes. Las calles, típicamente londinenses, brillaban debido al inusual sol que les daba de lleno; todas las cafeterías que habían visto ya tenían colocadas las terrazas, esperando que el calor no fuese solamente un espejismo. Por su parte, Zayn seguía con su teoría de que, últimamente, el tiempo se había puesto de acuerdo para coincidir con su estado de ánimo.
 Ella le miró, sonriendo. Llevaba el pelo recogido en un moño, y la camiseta de tirantes que lucía le dejaba el cuello al aire, de donde colgaba un collar con la letra M.
 -Tranquilo, querido, no te preocupes. Como tu prefieras; si quieres se lo decimos, si quieres no. Pero alguna vez se tendrán que dar cuenta...
 Él asintió, doblando la esquina. No sabía como, pero se lo dirían hoy.
 -¿Cómo crees que reaccionarán?
 Meg negó con la cabeza.
 -No lo sé, pero depende. ¿Ellos sabían lo de Samantha?
 -Sí.
 -Pues yo si fuera ellos me reiría en tu cara.
 Zayn la miró con una mueca.
 -Que amable.
 -Es que desde fuera es gracioso.
 Se sentaron en un banco vacío de la plaza. No había mucha gente, pues era una calle poco transitada; justo por eso la habían escogido. Seguían siendo famosos, a pesar de todo.
 -Tendrás que hablar de nuevo con ella, ¿no?-peguntó Meg, cruzando las piernas.
 -Sí, para ir a las ecografías y esas cosas...
 -¿Que prefieres, niño o niña?
 Él miró a la chica, que sonreía de nuevo. Si se paraba a pensarlo, prácticamente llevaba sonriendo todo el día.
 -Pues... me da igual, la verdad. ¿Y tú?
 -Yo una niña. Siempre quise tener una hermana pequeña, pero en casa eramos todo chicos y yo...
 -Que ambiente. Así saliste, de poco femenina...
 Meg le sacó la lengua, girándose y dándole la espalda.
 -Me has ofendido.
 -Lo siento, no era mi intención.
 -Arrodíllate.
 El chico miró a la espalda de la chica, desencajado.
 -¿Qué?
 -Que te arrodilles.-repitió ella, volviendo a su posición original.- No pienso perdonarte hasta que te arrodilles ante mí y te disculpes.
 Zayn soltó una carcajada.
 -¿Va en serio?
 -Completamente.
 Él resopló, pero se levantó y, lentamente, colocó una rodilla en el suelo, mirando a la chica desde abajo.
 -Lo siento mucho, oh Meg, perdóneme.
 -Eso está mejor. Puedes levantarte.
 Meg intentaba parecer seria, aunque al final se le escapó una risita.
 A lo lejos, los dos chicos vieron aparecer a Louis y Harry, dando saltos desde la calle contraria a la que ellos habían tomado para llegar.
 -¡Meg! ¡Zayn! Tan esplendorosos como siempre.- exclamó Harry, corriendo hasta ellos.- ¿Qué tal? ¿No os encanta este día?
 -El sol le afecta, perdonadle. No sabe lo que hace.- murmuró Louis, saludándoles con un movimiento de mano.- ¿Qué tal, chicos?
 -Muy bien.- contestó Meg, apretando la mano de Zayn.- ¿Y Liam?
 -Estará al llegar, me imagino.- contestó Harry, sentándose en el banco que segundos antes habían ocupado ellos.- Hacía bastante que no nos reuníamos así, ahora que lo pienso, ¡deberíamos hacerlo más a menudo!
 -Bueno, precisamente de eso quería hablaros. Espero que a Liam no le importe, en todo caso se lo repetiremos luego, pero a ver que os parece...- dijo Meg, sentándose al lado del chico. Zayn la miró interrogante; no tenía ni idea de qué estaba diciendo.- El caso es que, hace algo de tiempo ya, compré con unas amigas una casita de veraneo en la costa Mediterránea, por el sur de España. Hace bastante que no voy, pero ellas sí, y está en perfectas condiciones... Y me preguntaba si os apetecería veniros, aunque sea una semana, el tiempo que veáis. El clima allí es perfecto, la gente es muy maja, y, no sé, me parecía una buena idea...
 -¿Y te lo has tenido callado todo este tiempo? Eres una mala persona.- exclamó Zayn, mirándola con rencor a través de las gafas de sol.
 -Bueno, eso ya deberías saberlo, cielo.- contestó ella, sonriendo de forma malévola.
 -Secretitos de pareja a parte, yo me apunto.- dijo Louis, asintiendo fuertemente con la cabeza.- Una de esas razones por las que te amo, Meg. Eres una caja de sorpresas.
 -Oh, por favor, me sacáis los colores...
 -Tu cuidadito, ¿eh? Que estás muy cariñoso.- bromeó Zayn, mirando hacia el chico.
 -Mi cabeza ya no está aquí, sino entre mojitos, chicas en bikini y sol abrasante.- murmuró Harry. Lo que pretendía ser un comentario por lo bajo, para que nadie más lo oyera, acabo dicho en el medio de uno de esos silencios no intencionados, tan típicos en las reuniones de amigos. La primera en soltar la carcajada fue Meg, mientras Louis le miraba escandalizado. Zayn escondió la cara entre las manos; Harry bajó la cabeza, observando el suelo, avergonzado.
 -Se suponía que eso no debíais oírlo...- dijo el chico, rascándose la cabeza.
 -Eres tonto.- contestó Louis, ahogando un bufido.- Tonto.
 -¡Hola!- saludó Liam, mientras se acercaba al grupo.- ¡Cuánto tiempo, Meg!
 -Dios mío, Liam, me has dado un susto de muerte.- dijo ella.- No te había oído llegar.
 -¡Por fin!-exclamó Louis.- ¿Preparados para irnos?


 -Bueno.- murmuró Zayn, mirando hacia su granizado de café mientras Meg se acomodaba al lado suya, en el sofá de la cafetería más vacía que habían podido encontrar.- Creo que tenemos que poneros al día.
 -¡Os vais a casar!- dijo Louis, levantando la cabeza de su frappe de oreos. Miró hacia Harry y extendió la mano.- Me debes diez euros.
 -¿Cómo?- soltó Meg, interrogando a los dos chicos con la mirada.
 -Louis ha apostado a que ibais a casaros en menos de seis meses.- contestó Harry, poniéndole una mueca al chico.- Cállate, listo, no han dicho nada todavía.
 -No vamos a casarnos.
 -¡Joder, Zayn, las novias viejas siempre quedan fatal en los álbumes de boda! ¡Decídete ya!
 -Cállate, lelo, yo no soy vieja.
 -Pero lo serás.
 -¡Nunca!
 -No tenemos pensado casarnos por ahora, pero... sí vamos a aumentar la familia.- soltó Zayn de un tirón. Los tres chicos se quedaron boquiabiertos, mientras Meg reía por lo bajo.
 -¿Estás embarazada?- exclamó Harry, mirando a la chica con los ojos muy abiertos.
 -No vuelvas a hacer eso, por favor. Pareces un niño pequeño pervertido.- dijo Liam, que estaba sentado al lado de él. Este le dedicó un gesto obsceno con el dedo.
 -No, yo no estoy embarazada.- contestó ella.
 -¿Eing?
 -¿Qué carajo?
 -Oh, ya lo entiendo...-murmuró Louis, asintiendo.- Meg no quiere descuidar su figura para la próxima boda que no quiere confirmarnos, así que ha alquilado un vientre de alquiler... Técnicamente, Harry, me sigues debiendo los diez euros.
 -¡Que os calléis!- espetó Zayn, pero ninguno le hizo caso.
 -No hay ningún vientre de alquiler, memo.- le dijo Meg a Louis, riéndose.- Pero la amiguita de Zayn trae sorpresa.
 El primero en reaccionar, irónicamente, fue Liam.
 -JAJAJAJAJAJAAJAJAJAJAJAAJAJAJAJA...
 -Liam, gilipollas, no te rías.- murmuró Zayn.
 -...JAJAJJAJAJAAJAJAJAJA
 -¡Eres un pringao!- soltó Harry.- ¡La has dejado preñada! ¡Pringao!
 Louis miraba confundido a su frappe.
 -¿Hablas de Samantha, Meg?
 La chica asintió.
 -Y...¿no estás enfadada con él?
 Ella se encogió de hombros.
 -Bueno, digamos que yo sé que ya no es el mismo chico que conocí. Si lo fuese, ahora mismo no estaría con él, porque el Zayn de hace seis meses habría sido capaz de hacérmelo. Pero el Zayn del que me enamoré no. Es diferente.
 Louis asintió.
 -Eres idiota.- decía Zayn, mientras tanto, mirando al chico con rencor.
 -Es que hay que ser pringado.
 Liam, mientras tanto, se secaba las lágrimas con una servilleta de papel.
 -Estoy de acuerdo con él. Eres un pringado.- murmuró, conteniendo la risa.
 -Os odio.- espetó el chico, recostándose en el sofá. Meg le miró, pasándole un brazo por los hombros.
 -Que te dicen, a ver, que te dicen...
 -Se están metiendo conmigo, Meg. Haz algo.
 -Son unas malas personas, no les hagas caso...
 Los tres chicos rieron, mientras Zayn sonreía.
 -Bromas a parte.- dijo Louis.- ¿Samantha no lo reclamará como hijo suyo?
 -No quiere saber nada del bebé.
 -Ella se lo pierde.- contestó la chica.- pienso mimarlo mogollón, y ponerlo super repollo, con millones de lazos y encajes y...
 -Pobre niño.- murmuró Harry.- No hagas como mi madre, ni se te ocurra vestirle de rosa. O por lo menos, no hagas fotos.
 -¡Quiero ver esas fotos!- soltó Louis, mirando al chico con ojos super abiertos.- ¡Pienso sobornar a tu madre para que me las enseñe!
 -Nunca.
 Los demás chicos rieron, ajenos a que fuera, en la otra acera, una figura de rizos y piel pálida les observaba.
 El que sí se había dado cuenta era el chico rubio de ojos azules que esperaba impaciente a que el grupo decidiese salir. Pero poco importaba.

1 comentario :

  1. Holaaaa soy nueva en el blog y me ENCANTO!!!!! Me he leido los 38 caps en dos dias y me he quedado en shock, escribes muy ien y me alegras los dias... daphne u orange girl como prefieras q te llame SIGUELA esta muy buena y te prometo que tte sere fiel, nunca abandonare este blog... besos, espero con ansias los proximos caps!!!! BYE!!!!!!!<3 :D

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