jueves, 14 de marzo de 2013

Capítulo 28- Revelaciones, Gritos, Despedidas y Katherine

-¡Hooola!- exclamó Harry, cerrando la puerta de casa. Había tenido que salir corriendo a por pilas, pues el mando de la tele había dicho adiós y Sophia se lo había rogado con cara de perrito degollado.- Traigo las pilas, la señora intentó confundirme diciéndome que no eran estas, pero yo no me dejé.
 Entró en la cocina, donde encontró a Sophia con un ordenador gris.
 -Muy bien, corazón. Eres muy inteligente.- dijo ella, cogiéndole la bolsa de las manos con una sonrisa.
 -Lo sé.- contestó él, aunque no la estaba mirando.- ¿Y eso?
 -¿El qué?- preguntó ella, con el ceño fruncido.
 -Ese ordenador. No sabía que tenías dos. ¡Y es un Mac! Qué nivel.
 -Pues sí...
 -¿Puedo verlo?- preguntó el chico, sentándose y abriendo el ordenador. Le recibió una foto de fondo de un grupo de chicas; Sophia, en una esquina, agarrada a una chica bajita, de pelo negro con tirabuzones y unos enormes ojos grises, estaban en primer plano.
 -No creo que sea una buen idea.- dijo ella, cerrándole la tapa del ordenador de un golpe. Harry la miró interrogante.
 -¿Por qué no?
 -Bueno, es que... No sé. Dejémoslo.- murmuró la chica, cogiendo el ordenador y saliendo de la cocina.- Vete poniendo las pilas al mando, yo bajo ahora mismo.
 El chico siguió con la mirada los pasos de Sophia hasta que se perdió por las escaleras.

 Louis entró en casa intentando hacer el menor ruido posible. Sabía que, si por casualidad Eleanor seguía allí, no estaría con su mejor humor, y tampoco quería volver a gritarle. Había decidido que, si ella no ponía de su parte, lo haría él. Y estaba dispuesto a pedir perdón si era necesario.
 Por otro lado, Niall ya se olió una mala noticia al entrar en el recibidor. Más adelante, no supo si fue pura intuición o si las alucinaciones tenían algo de videntes, pero hubiese preferido no saber nada de lo que venía a continuación.
 El piso estaba a oscuras; las persianas bajadas y las luces apagadas, como si hubiese algo que sus habitantes intentaban esconder. Tres baúles, de diferentes tamaños y formas, se amontonaban al lado de la entrada, esperando. Louis se tensó.
 -¿Eleanor?- murmuró, con el corazón encogido. Creía hacerse una idea de lo que le esperaba a continuación.
 Se lo había imaginado desde el principio.
 Caminó los metros que le separaban del corredor y entró en el dormitorio de la pareja. Nada.
 Siguió andando por el pasillo hasta llegar al vestidor, que abrió a pesar de tener las manos sudadas. Vacío.
 -Hola, Louis.
 No sabía de donde había salido, pero allí estaba Eleanor, mirándole con cara seria.
 -Dios mío, Eleanor, que susto me has dado...-¿Dónde estabas?
  -Aquí mismo.
 -Pues no te vi, está todo tan oscuro... Hablando de eso, ¿por qué has bajado las persianas?
 La voz del chico temblaba. No lo podía evitar.
 Eleanor giró la cara, suspirando.
 -Ven, Louis. Tenemos que hablar.
 Él la siguió de vuelta hasta el salón, tratando de no mirar los tres baúles, la prueba de lo que estaba a punto de pasar.
 -Louis...
 -No, El, te lo suplico.- suplicó él, mirando hacia abajo.- Sé que lo que diga no te va a hacer cambiar de opinión y que debería conservar mi dignidad, pero...
 -Por favor, Louis, no montes una escena. No sabes lo que voy a decir.
 -¡Los baúles lo dicen todo! ¡Eleanor, por favor, no puedes marcharte!- exclamó el chico, ya sin intentar ocultar la cara, que estaba bañada en lágrimas.
 Eleanor le miró, sin un sólo cambio de expresión.
 Mientras, Niall se encogía en el sillón, intentando no hacer nada imprudente.
 -¡No puedes dejarme aquí solo! ¡Te necesito, Eleanor, no sabes cuanto!
 -Te he dicho que no montes una escenita, Louis.
 -¡Por favor! ¡Sé que últimamente discutimos mucho, pero...!  ¡Por favor! ¡Te prometo que no discutiremos más!
 -¿Acaso crees que me voy simplemente porque llevamos tres días molestos?- preguntó la chica, completamente tranquila. Le miraba con una mezcla de odio y asco.- Estás muy equivocado. Sabes por qué es.
 Louis negó con la cabeza. Eleanor giró la cabeza de nuevo.
 -No puedo quedarme contigo, Louis, porque posiblemente no salgas de esta. No puedo hacerme eso a mi misma. No puedo quedarme y ver como mueres porque eso me mataría a mi también.- murmuró.- Todo este tiempo he intentado que no se notase, he intentado cambiar de pensamientos e ideas, pero todas las veces que he llorado, lo he hecho por mí, no por ti. Por cómo mi futuro se destruiría contigo. Soy una egoísta, y no puedo verte morir. Lo siento, Louis, pero vas a tener que dejarme ir.
 La chica cogió los baúles y se alejó del chico, que tenía la mirada perdida en la completa oscuridad.
 Niall temblaba desde el sofá.
 -No voy a decirte que te quiero, no soy tan egoísta.- dijo Eleanor antes de marcharse.- Adiós, Louis.
 El sonido de su agitada respiración impidió a Louis escuchar la puerta cerrarse.

 
  Zayn dijo adiós a Meg con la mano, mientras ella se alejaba de la verja del cementerio de Mullingar. No le había dicho exactamente a que iba, porque tampoco estaba seguro de que fuese a funcionar; en todo caso, lo último que podía perder era la esperanza. Empujó lentamente la puerta, que se abrió con un quejido.
 Desde la última vez que había ido se había estado arrepintiendo de no haberse acercado a la misteriosa chica. Se había imaginado millones de situaciones que podrían haber ocurrido, miles de preguntas que le habría hecho. Miles de respuestas que habría recibido.
 Así que había decidido volver, pero no las tenía todas consigo. A menos que acampase en el camposanto, no podía estar seguro de qué días iba la chica, o si sólo había sido una visita espontanea, como la de él.
 En todo caso, por probar no perdía nada,
 Caminó con la cabeza gacha y las manos en los bolsillos, entre las lápidas que llenaban el cementerio. El cielo estaba grisáceo, y amenazaba con llover. Zayn rogó que a la chica le diese por aparecer pronto, si es que lo hacía.
 Llegó a la explanada que marcaba el centro, y cambió de dirección para dirigirse al mausoleo de Niall. A pesar de que intentaba no hacer ruido, no pudo evitar aumentar la velocidad.
 No había nadie cuando llegó. Zayn suspiró; era muy improbable que la chica estuviese allí.
 Se agachó delante de la lápida, con los nombres de su amigo grabados en color oro.
 -¿Quién es K., Niall?
 No recibió respuesta.
 El viento comenzó a soplar más fuerte.
 Y con él, unos pasos se acercaban a su posición.
 Zayn murmuró, ocultándose tras la pared del santuario.
 Entre dos lápidas, observó una figura esbelta, vestida totalmente de negro. La cabellera dorada volaba por la fuerza del viento, y dos ojos azules apuntaban hacia el suelo.
 Zayn sonrió.
 Bingo.


 Harry subió con cuidado las escaleras. Tras el incidente del ordenador, había tratado de comportarse como siempre con Sophia, y parecía que ella se había olvidado del percance. Después de comer, se había quedado dormida en el sofá del salón, tal como él esperaba.
 Entro en la habitación de la chica, totalmente tenso. Si la chica le pillaba, la bronca podría ser monumental. Pero necesitaba saber lo que escondía.
 Giró la cabeza, observando la habitación. Dormía con ella, y sin embargo nunca había visto el ordenador antes, así que tenía que estar escondido. Pero, ¿dónde?
 Abrió las puertas del armario, sin estar muy convencido. Como esperaba, sólo había ropa. Dejó las prendas tal y como estaban, y lo cerró de nuevo. Se agachó y miró debajo de la cama. Nada.
 Pasó al escritorio. Había un montón de papeles, pero la mayoría eran apuntes de la universidad. Nada interesante.
 Dirigió la mirada a la derecha y lo descubrió.
 En una esquina, camuflado bajo varias pilas de ropa, había un baúl enorme de madera marrón. Harry soltó un suspiro de alivio.
 Colocó las prendas en el suelo con mucho cuidado y abrió el baúl. Ahí estaba.
 Sacó el ordenador y se sentó en la cama, con los nervios a flor de piel.
 ¿Qué sería lo que Sophia intentaba ocultarle?
 Abrió el Mac, encontrándose de nuevo con el fondo de pantalla personalizado. Al no ver nada interesante en el escritorio, Harry empezó a buscar en los documentos.
 Las imágenes no eran nada fuera de lo común. Fotos con sus amigas, como la del fondo de pantalla. Alguna que otra sacada de internet, pero no mucho más.
 Pasó a los documentos. Los dos primeros eran trabajos de la universidad, pero estaban datados de tres años atrás. El siguiente ya era más interesante.
 Utilizaban un vocabulario bastante extraño, pero Harry pudo entender que era un diploma de graduación. Y era de la universidad de Cambridge. Del año 2010.
 No tenía mucho sentido, pues Sophia no se había graduado. Y menos tres años atrás.
 Y no había duda de que fuese suyo, pues estaba puesto a su nombre.
 -Tranquilo, Harry.- murmuró para sí mismo.- Quizás es una coña de Internet. Tú mismo tienes tu carta de Hogwarts.
 Siguió mirando, un poco más nervioso. El siguiente, y el último, fue la prueba definitiva.
 Era un documento de Word; por lo poco que pudo leer Harry antes de cerrar el ordenador de golpe, sin terminar.

                                                  Reacciones ante la muerte.
 Un equipo de investigación ha conseguido, después de muchos esfuerzos, filtrarse en el círculo más cercano de los miembros del conocido grupo One Direction, que recientemente ha sufrido la pérdida de uno de sus componentes, Niall Horan. Después de un tiempo, les relatamos las reacciones de cada uno de ellos, cada una diferente, ante la pérdida de su amigo.
 Al parecer, sucesos más difíciles ocurrieron tras la muerte del chico, pero nos son imposibles revelarlos en este reportaje. Lo que si podemos contaros es que entre Harry Styles y Zayn Malik, actuales miembros de la decaída banda, corre una enemistad que no tiene signos de repararse en un futuro próximo. A pesar de que tanto Louis Tomlinson como Liam Payne ponen de su parte para que la reconciliación se lleve a cabo, Harry parece estar muy molesto, y no tiene intención de perdonarle, ni permitirle formar parte de la banda.


 -¿Qué haces, Harry?- preguntó Sophia con un hilo de voz. Miraba al chico desde el marco de la puerta, con el pelo despeinado y cara preocupada.
 Él le devolvió la mirada, frío.
 -¿Qué es esto, Sophia?
 Ella entró en la habitación.
 -Por favor, Harry, te lo puedo explicar...
 -¿¡Qué me tienes que explicar?! ¡Te estoy preguntando qué es esto, joder!- gritó él, levantándose de un salto.
 La chica le miró asustada.
 -Yo...
 Se hizo el silencio, donde sólo se oían los sollozos de Sophia y la respiración agitada de Harry.
 -¿Has escrito tú la noticia?- preguntó él, tras un rato. Había dejado de gritar, pero miraba a la chica con furia.
 -Pero...
 -¡No necesito explicaciones, sólo que me contestes a la puta pregunta! ¿HAS ESCRITO TÚ ESO, SÍ O NO?
 Ella estaba temblando.
 -Sí.
 Él bajo la mirada, asintiendo con la cabeza.
 -Entonces, el diploma que he visto es tuyo. Estás graduada en la universidad. Es decir, me has estado mintiendo desde el principio.- dijo él, mirando a Sophia con tristeza.- Lo tenías todo planeado...
 La chica se apoyó en la pared y se escurrió hasta el suelo.
 -Lo siento, Harry, lo siento mucho, por favor...
 -Y pensar.- le interrumpió él, dirigiéndose a la puerta de la habitación.- Que odiaba a Taylor. La prefiero a ella. Tú me das asco.
 Sophia soltó un gemido.
 -¡Por favor, Harry, déjame explicarme!
 -Quiero que te hayas ido cuando haya vuelto.- le dijo él, sin mirarla.- No quiero tener que volver a verte.
 Abandonó la habitación y bajó las escaleras de dos en dos. Abrió la puerta de entrada y salió, dando un portazo.


 La chica volvió a dejar un sobre, blanco como el marfil, delante de la tumba de Niall. Esta vez, sin embargo, no se sentó. Empezó a dar golpecitos en el suelo con el pie, mientras miraba hacia los lados.
 Zayn no vio mejor oportunidad.
 -Hola.- dijo, saliendo de detrás de su escondite.
 La chica dio un respingo, echándose hacia atrás.
 -¡Lo siento! No quería asustarte.- dijo Zayn, acercándose de nuevo a la chica y tendiéndole la mano.- Soy Zayn Malik.
 Ella le miró la mano con desconfianza, pero le tendió la suya después de unos segundos.
 -¿Y tú eres...?- preguntó el chico.
 -Kaherine.




   FINAL DE LA PRIMERA TEMPORADA.

 ¿O NO?


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