-Sophia.- llamó Harry. Era noche cerrada, pero al no haber vecinos en los metros más próximos, no tenía miedo de despertar a nadie. Se encontraba en frente a la puerta de entrada de la casa donde vivía desde hace un mes; no sabía donde más buscar para encontrar a la chica.- ¡Sophia!
Una ventana del primer piso se abrió, dejando ver la cabeza de la chica.
-¡Harry! ¿Qué ha...?
-Baja, por favor.
Ella asintió, cerrando la ventana con cuidado mientras él caminaba nervioso jardín adelante. No sabía si su decisión había sido la más acertada, pero no podía pensar en hacer lo contrario.
Ahora ya daba un poco igual.
Sophia salió por la puerta de casa, con paso inseguro y la mirada pegada al suelo.
-Has vuelto...
Harry asintió, metiéndose las manos en los bolsillos.
-Sí, y de verdad que lo he pensado. Le he dado mil vueltas, y he decidido que lo que quiero es esto; es a ti. Así que de ahora en adelante empezaremos de cero, ¿de acuerdo? Sólo somos Harry y Sophia, yo te quiero y tu me quieres, y nada de lo que hicimos importa. Se acabó.
Ella asintió, con lágrimas en los ojos, mientras abrazaba al chico, que intentaba ocultar las suyas.
-Gracias.
-Gracias a ti por volver.
-¿¡Que qué?!
El resto de la fila de pasajeros que esperaban para embarcar se giraron a la vez, observando a un estupefacto Liam mirar con horror a Rachel.
-Liam, por favor, no te..
-Espera, ¿embarazada? Oh dios, no, no... ¿Voy a ser?... ¿Vas a?... ¿Hemos?... Oh, madre mía...
-Si no quieres, siempre podemos buscar otra solución, pero...
-¿¡Que no quiero?! Nono, no me malinterpretes, por favor, pero... Es que no...
-Chicos, ¿podríais buscar otro sitio para hablar de esto? Hay gente mirando...- murmuró Zayn, mientras las demás personas susurraban entre ellas, echándoles miradas de reojo.
-Louis... ¿Estás bien?- cuchicheó Meg, mirándole con preocupación.
Él asintió, sin poder evitar dirigir una mirada fugaz hacia atrás, donde, minutos antes, Cris se había parado a despedirles.
Ahora ya se había marchado.
El avión estaba demasiado lleno, los asientos eran muy incómodos y las azafatas no entendían el inglés. Era el único vuelo que Harry había podido encontrar a esa hora, moviendo muchos contactos y poniéndose pesado con la encargada del aeropuerto; sin embargo, nada de eso le importaba en ese momento.
Sophia dormía al lado de él, su cabeza apoyada en su hombro.
Cuando la vio dormir, tan relajada y tranquila, todas sus dudas se disiparon. No había error, había hecho bien.
Decididamente, había escogido la opción correcta.
Cerró los ojos, visualizando todo lo que le quedaba por delante. Realmente sentía que las cosas le estaban yendo bien, por una vez.
Demasiado bien.
-¿Por qué no le dijiste nada?- preguntó Meg a Louis, mirándole inquisitivamente.
-¿A que te refieres?
-A Cris. ¿Por qué nunca le hablaste de lo que sentías?
Él se encogió de hombros, negando con la cabeza.
-Le gustaba Harry, os oí a ella y a ti hablarlo. Y aunque a él no le gustase ella, eso no iba a hacer que se enamorase de mi mágicamente. ¿Qué ganaba yo contándoselo?
-Ser sincero.
-La sinceridad está sobrevalorada, no es la primera vez que lo digo.
Los dos chicos se quedaron en silencio; todas las conversaciones que estaban teniendo lugar a su alrededor llegaron a sus oídos a la vez. En el asiento de al lado, Liam y Rachel estaban teniendo una especie de crisis fundamental sobre el hecho de que ella estaba embarazada.
-Rachel, ¿qué vamos a hacer? ¿dónde vamos a vivir? ¿cómo le vamos a llamar?
-Tranquilízate y respira, te lo pido por favor. ¡No estoy ni de un mes, eso no es urgente! ¡No te pongas histérico por algo que no es tan importante!
-¡Pero tendrás que dejar el instituto! ¡No puedes hacerlo!
-No valía para eso, y no hay ninguna carrera que me llame. Encontraré algo, de verdad; pero sólo dime lo que opinas. ¿Quieres seguir adelante con esto?
El chico miró a los lados, asustado.
-¡Liam, es serio! ¡Necesito saber qué es lo que quieres!
-Yo... Quiero, Rachel. De verdad. Pero me preocupas tú...
-Por mi no te agobies, estaré bien. ¡Pero relájate!
-Louis.- volvió a llamar Meg.- Louis, no te hundas. No te entristezcas por esto, por favor. Sé que Cris te gustaba, lo veo sin necesidad de que me lo expliques; pero hay mogollón de chicas más en el mundo, alguna será la definitiva. Te lo aseguro, eres genial, no debes...
-Gracias, Meg, Pero también me preocupa Harry, no soy solo... Es complicado.
.-Lo sé. Intenta dormir algo.
Él asintió, recostándose en el asiento mientras cerraba los ojos.
TODO ACABA EN DESASTRE
-Zayn, es aquí. Tiene que ser aquí.- dijo Meg, mientras el chico aparcaba el coche. Habían decidido ir a hacer una visita a Sam, dado que no contestaba a sus llamadas. Tenían la llave de su piso, así que podrían entrar si no estaba.
Salieron del coche y llamaron a la puerta; los dos tenían los nervios a flor de piel, aunque ninguno quería admitirlo. Era bastante preocupante que la chica no diese señales de vida, pero dar a entender que le había pasado algo sería admitir que cabía esa posibilidad.
-No hay nadie.- susurró Meg, sacando las llaves del bolso y abriendo la puerta.
Efectivamente, el piso estaba completamente a oscuras. Zayn entró primero, encendiendo las luces a su paso; ahogaron un grito de pánico, pues la visión no era muy tranquilizadora.
Los pocos muebles que quedaban en el piso eran los incrustados en la pared; el resto estaba vacío. Sillones, cuadros, libros... No quedaba nada.
Dieron vueltas y vueltas, repasaron mil veces el piso, pero no quedaba señal de que alguien hubiese vivido allí. El polvo se acumulaba en las esquinas.
Zayn fue quien encontró la nota. No le costó reconocer la caligrafía, lo cual solo hizo empeorar la situación. El quejido que escuchó Meg la alertó, llevándola hasta el lugar donde el chico resoplaba, con un papel en la mano.
-!NO!¡NO!
Yo gano.
-Sophia, no...- murmuró Harry sonriendo, mientras aumentaba el ritmo para coger a la chica. Habían decidido salir a celebrarlo, aunque él estaba reventado y le dolían los pies. Pero la veía muy contenta, corriendo como una loca por las calles más transitadas de Londres, y todo el cansancio se esfumaba.
-¡Muévete, viejo!¡Vamos!- chillaba ella, moviéndose entre los grupos de jóvenes y los turistas.
No era la forma más segura de caminar, y menos con varias copas de más, pero era divertido.
-¡Sophiaaaaa!¡No vayas tan rápido!- exclamó Harry, que ya tenía que correr para cogerla.
Ella se giró, saltando para reunirse con él. Pero aterrizó con el pie mal colocado, torciéndoselo y cayendo.
En la carretera.
Su sonrisa se esfumó, dando paso a gritos que Harry no escuchaba.
Tres segundos y toda la multitud que antes caminaba tranquila se arremolinaba alrededor de ese espacio de carretera teñido de rojo.
La ambulancia no tardó en llegar, pues era un lugar céntrico. La cogieron a ella, le cogieron a él. Y se los llevaron al hospital.
Harry estaba harto de las salas de espera. Parecían siglos, pero no hacía ni un día que había estado en una.
No hacía ni un día que había vuelto con Sophia.
¿Cómo podía doler tanto algo que acababa de empezar?
No podía estar pasándole eso, no. Tenía que ser algún tipo de broma de mal gusto.
Ya hacía dos horas que habían desaparecido con la chica. Con su chica.
Dios no podía llevársela, era suya. ¿Es que no le habían informado nunca del concepto de propiedad?
No hubo necesidad de que la doctora, que había salido del quirófano en ese momento, ensangrentada y con paso inseguro, hablase con él. Ya sabía lo que tenía que decirle.
domingo, 16 de junio de 2013
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ayyyyy dios!!!! siguela!!!!!! me has dejado con la intriga!!!!!
ResponderEliminarperfecta... lo sabes. tu novela es PERFECTA!!!!!! no sabes como extrañaba tus capitulos.... estoy enferma y no podia usar ni el celular... por eso...
ahhhhhh!!!!!! espero con muuuuuuuchas ansias el proximo cap... que le pasara a sophia? rachel que hara con su hijo? que hara liam? sam con el bebe... aca tengo un mal presentimiento...
besososo te dejo.. ♥